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EL OMBLIGO DE FREUD

Kalambres mentales

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Trapo Kalambres

RADIO Q

Por Trapo Kalambres (Daniel Figueroa S.)

 

Venezuela en las urnas desata siempre un torbellino de información. Grandes expectativas se generaron en los últimos días en los fachos transnacionales de siempre (Obama incluido) que bregaron por todos los medios posibles una derrota del Rambo socialista, en contraposición con los autodenominados “progres” quienes ven en Chávez al salvador de Latinoamérica, basados en la carismática imagen que ha construido el líder bolivariano a lo largo de estos 14 años al frente de la política tanto interna como externa de su país.
Sin embargo, ni las estrategias de campaña, ni los estudios de marketing aplicado, hicieron menos impresentable al retador, Enrique Capriles Radonski , quien se tuvo que conformar con el 44 % de los votos, que no le alcanzó para superar al pintoresco Chávez, quien lo aventajó con diez puntos porcentuales, (54 % de los sufragios totales), por lo que intuimos que Capriles, al igual que todos los autodenominados “ciudadanos de bien” de la República Bolivariana se comieron mierda ante la considerable ventaja obtenida por el eterno presidente, quien tiene a su haber una larga e interesante historia en su función.
En abril de 2002 recordemos, un fallido golpe de estado, encabezado por la “Elit local” en complicidad con la todopoderosa prensa libre e imparcial de todo el hemisferio, convulsionó por varios días al país bolivariano cuyo resultado fue, efectivamente y al mejor estilo ecuatoriano, el derrocamiento de Chávez, quien fue llevado preso a la isla (Margarita). A las pocas horas de la usurpación del poder por parte de la los viejos y rancios de dueños de Venezuela en complicidad con las cúpulas militares (pues si, los militares están en venta) colocaron al tonto útil empresario Pedro Carmona al frente del país más petrolero de América quien tenía la siempre fácil tarea de volver todo para atrás. Sin embargo, la sutil y siempre fina estrategia de los rancios garcas de siempre no contaba con la astucia de una turba de negros de mierda (si, los hay en todas partes) que bajó de las barriadas pobres de la capital a exigir la restitución del presidente derrocado. Una vez conseguido el objetivo, la turba sentó las bases del “Chávez para rato”.
Cabe además resaltar la calidad ética y cultural de los garcas, pues en esos días, el candidato de la esperanza blanca, Enrique Capriles Radonski, en un ejemplo firme de valentía, encabezó una turba enardecida de los ya conocidos por todos “ciudadanos de bien” que asaltó la Embajada de Cuba en Caracas para “ajusticiar” a funcionarios chavistas que se estaban refugiando en dicha sede diplomática. Hecho que en estos días, pasa desapercibido por la todopoderosa prensa libre e imparcial del continente.
Obviamente no la tuvo fácil, pues al año siguiente atravesó por dos paralizaciones de la petrolera PDVESA, lo que puso en aprietos a las finanzas del país, mas Chávez se las ingenió para cometer un pecado digno de excomunión en la religión del libre mercado: estatizar una empresa privada. Tendencia que se replicó en toda la región, al darle más participación al estado en la economía y un mayor enfoque en lo que políticas de activación productiva, lo que convierte al estado en un actor más que puede influir en la economía al sentarse con el mercado a negociar las condiciones en que este desarrollará su poco célebre actividad. A esto le siguió, en 2004 un referéndum revocatorio en el que, una vez más, los ya innombrables (a esta altura) garcas de siempre quisieron utilizar para destronar a Chávez del poder y una vez más, al igual que el coyote cazando al correcaminos, fracasaron.
Desde entonces, la tendencia en toda la región se vio alterada, pues empezaron a emerger líderes de estado del espectro marginal o “progre” de la política, pues la imagen de Chávez, como el tipo que se puede parar ante los agentes de mercado a marcarles la cancha, pegó muy fuerte, motivo por el cual paulatinamente empezaron a surgir otros líderes en la región: primero Lula de Silva (ex líder sindical y del PT), Evo Morales (Ex líder cocalero y dirigente indígena), Nestor Kirchner (ex pseudoperonista), Tabaré Vázquez (Ex tupamaro y actual tibio) y Rafael Correa (Ex desconocido y actual presidente). Claramente, sin el influjo de Chávez, este viraje en la región, apenas un poco más alejado del consenso de Washington de los 90, se hubiera mantenido como una quimérica añoranza en algún café de los zurditos de siempre. Hoy por hoy, el ALBA es una interesante alianza comercial en vías de crecimiento entre países pequeños que bien donde quedan todavía nadie sabe bien, al igual que la conformación de UNASUR en la cual Chávez tuvo mucho que ver, de hecho la alianza nació en la Isla Margarita.
Fuera de Venezuela, los medios se encargaron de homologar el modelo chavista con el mismísimo diablo: el socialismo. Los yanquis, eternos garantes de nuestras democracias (y de nuestras anteriores dictaduras) dicen que en Venezuela no hay libertad, voz a la que pliegan los sectores más rancios y mohosos de la sociedad, pero ¿cómo se puede explicar que todas las reformas que llevó a cabo Chávez, desde la aprobación de una nueva constitución hasta la re-reelección indefinida fueron propuestas sometidas a plebiscitos, es decir a votación popular? ¿Quien piensa que en Venezuela hay dictadura no es algo ingenuo, por no decir, bastante pelotudo, al ver que fueron los  mismos venezolanos los que aprobaron sus propios cambios constitucionales? Eso, irónicamente, es lo que piensan los defensores de la prensa libre. Basta con revisar las tapas de los diarios de cualquier país para dar cuenta de la bajada de línea de la elite.
Pero no perdamos de vista que, pese a que Chávez no ha parado de llenarse la boca con la autodenominada “Revolución Bolivariana”, Venezuela ha estado lejos de plantearse una revolución per se, sino que ha logrado introducir una serie de reformas importantes, como fue el caso de la nacionalización de PDVESA o la política de emprendimientos cooperativos que llevó a cabo en los estados del interior del país, las que contribuyeron a que el estado se pueda posicionar de una mejor  manera ante el mercado, pero la lógica esencial del capitalismo se sigue manteniendo, y qué mejor ejemplo que, el mayor comprador de petróleo venezolano paradójicamente es Estados Unidos, país al que Chávez acusó de ser el autor intelectual del golpe de 2002 y que desde entonces ha tenido una tensa relación cargada de roces diplomáticos, sino basta recordar al líder bolivariano en la ONU al comparar al ex presidente y actual facho George W. Bush con el mismísimo diablo. Las puteadas siguen, pero los negocios también.
Esta elección venezolana presentó, por primera vez, a toda la derecha, es decir a todos los autodenominados ciudadanos de bien, en un solo frente, detrás de Capriles, mientras que todos los progres, entre los que se encontraban burgueses románticos y negros de mierda, se enfilaron detrás de Chávez, aunque, nosotros desde el Ombligo de Freud, nos atrevemos a decir que además, detrás del carismático líder se encuentra, por primera vez, todo un proceso político regional. 

Venezuelados!

RADIO Q

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